El acero es uno de los materiales más utilizados en la industria por su resistencia, versatilidad y facilidad de mecanizado. Sin embargo, no todos los tipos de acero se comportan igual a la hora de ser cortados. Existen numerosas aleaciones con distintas composiciones químicas y propiedades físicas, y cada una responde de forma diferente al oxicorte, plasma, láser o cizalla. En este artículo, exploraremos qué tipos de acero son más fáciles de cortar, por qué lo son y qué ventajas ofrecen en distintos procesos industriales.
Propiedades que influyen en la facilidad de corte
Antes de hablar de tipos concretos de acero, conviene entender qué factores hacen que un acero sea más o menos fácil de cortar:
- Dureza: los aceros más duros tienden a desgastar más las herramientas de corte.
- Composición química: elementos como el carbono, manganeso o cromo afectan al comportamiento térmico y a la conductividad.
- Conductividad térmica: un acero con buena conductividad dispersa mejor el calor del corte, reduciendo deformaciones.
- Contenido en carbono: a mayor cantidad de carbono, mayor dureza y menor facilidad de corte.
- Aptitud al mecanizado: medida de la facilidad con la que puede trabajarse el acero sin alterar sus propiedades.
Teniendo en cuenta estos factores, algunos tipos de acero destacan especialmente por su facilidad de corte.
Aceros al carbono de bajo contenido: los más versátiles
Los aceros al carbono con bajo contenido (entre 0,05% y 0,25% de carbono) son los más utilizados en procesos de corte, especialmente mediante oxicorte y plasma. Se caracterizan por su ductilidad, buena conductividad térmica y baja dureza, lo que permite realizar cortes rápidos y limpios.
Ejemplos comunes:
- S235JR (acero estructural de uso general)
- A36 (ampliamente usado en estructuras metálicas en todo el mundo)
Ventajas:
- Alta velocidad de corte
- Menor desgaste de herramientas
- Menos rebabas y deformaciones térmicas
Son ideales para estructuras metálicas, calderería, cerrajería industrial y todo tipo de aplicaciones generales donde se requiera un buen compromiso entre resistencia y facilidad de mecanizado.
Aceros de fácil mecanizado: diseñados para ser trabajados
Existen aceros diseñados específicamente para facilitar su corte y mecanizado. Suelen incluir pequeñas proporciones de azufre, fósforo o plomo, que mejoran la rotura de viruta y reducen la fricción durante el corte.
Ejemplo:
- 11SMn30 o F-211 (acero automatizable con azufre)
Ventajas:
- Excelente comportamiento en máquinas CNC y sistemas automatizados
- Mayor vida útil de las herramientas
- Alta precisión y acabado superficial
Estos aceros se utilizan especialmente en la fabricación de piezas pequeñas y de precisión, como tornillería, componentes hidráulicos o piezas para la automoción.
Aceros inoxidables ferríticos: más fáciles que los austeníticos
Dentro de los inoxidables, los aceros ferríticos (como el AISI 430) son más fáciles de cortar que los austeníticos (como el AISI 304), debido a su menor contenido en níquel y su microestructura más estable térmicamente. Además, presentan menor endurecimiento por deformación y menor adhesión a las herramientas de corte.
Ventajas:
- Menor desgaste de herramientas
- Más control sobre la deformación térmica
- Buena resistencia a la corrosión (aunque inferior a los austeníticos)
Son comunes en mobiliario metálico, electrodomésticos y algunas aplicaciones de automoción.
Aceros templados o de alta aleación: más difíciles de cortar
En el otro extremo, encontramos los aceros templados, tratados térmicamente o aleados con elementos como cromo, molibdeno o vanadio. Estos materiales presentan gran dureza, baja conductividad térmica y alta resistencia al desgaste. Si bien son imprescindibles para herramientas de corte, engranajes o piezas sometidas a altas exigencias, su corte requiere maquinaria especializada, parámetros de trabajo muy precisos y herramientas de alto rendimiento.
Elección del tipo de acero según el proceso de corte
Cada técnica de corte tiene sus propias exigencias. A continuación, una guía básica:
- Oxicorte: ideal para aceros al carbono de bajo contenido. No sirve para inoxidables ni aleaciones especiales.
- Corte por plasma: versátil, permite cortar tanto aceros al carbono como algunos inoxidables y aleaciones ligeras.
- Corte por cizalla: adecuado para chapas finas de acero dulce y aceros de bajo contenido.
- Láser: permite cortar aceros de mayor dureza, pero requiere más inversión y precisión.
Conclusión
La facilidad de corte de un acero depende de múltiples factores, desde su dureza hasta su composición química. En general, los aceros al carbono de bajo contenido y los aceros de fácil mecanizado son las opciones más sencillas y rentables para operaciones de corte convencionales. Conocer las propiedades de cada tipo de acero es clave para elegir el material adecuado en función del proceso de corte y de las exigencias del proyecto. Una buena elección mejora la eficiencia, reduce costes y asegura un acabado de alta calidad.